Salmo 3 Tú, Señor, eres mi protector
No ponemos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos (2 Cor 1,9).
R. Tú, Señor, eres mi protector.
2 Yahvé, ¡cuántos son mis adversarios, cuántos los que se alzan contra mí! 3 ¡Cuántos los que dicen de mí: «que no espere salvación en Dios»
R. Tú, Señor, eres mi protector.
4 Pero tú, Yahvé, mi escudo protector, mi orgullo, el que levanta mi frente. 5 Invoco a gritos a Yahvé, y me responde desde su monte santo.
R. Tú, Señor, eres mi protector.
6 Me acuesto y me duermo, me despierto: Yahvé me sostiene. 7 No temo a esas gentes que a millares se apuestan en torno contra mí.
R. Tú, Señor, eres mi protector.
8 ¡Levántate, Yahvé! ¡Sálvame, Dios mío! Tú golpeas el rostro de mi enemigo, tú rompes los dientes de los malvados. 9 En Yahvé está la salvación, baje sobre tu pueblo tu bendición.
R. Tú, Señor, eres mi protector.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
R. Tú, Señor, eres mi protector.
Oración.
Señor y protector nuestro, atiende nuestra aflicción, porque se han multiplicado quienes atormentan a tu siervo; tú que sostienes al que persevera, derrama tu bendición abundante sobre mi para que conozca a tu Salvador, Jesucristo, que venció las insidias del diablo.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario