Exorcismo y Psiquiatría

El exorcismo es un tema que prácticamente no tiene ninguna difusión por los medios en este país, pero, a pesar de que no se habla de él, la gente lo conoce

Dr. Javier Martínez Dearreaza

Actualmente se desconoce la cantidad de eventuales casos de exorcismo y quiénes están habilitados por la Iglesia para practicarlos. Se sabe que a nivel mundial la cantidad de casos va en aumento, al punto de que los sacerdotes que llevan adelante la práctica admitida por el Vaticano no dan abasto

¿Qué es un exorcismo?

Es una particular práctica que la Iglesia emplea contra el poder del diablo. Consiste en expulsar los "demonios" o "espíritus malignos" de las personas que están poseídas por ellos. El exorcismo lo ejecuta un sacerdote autorizado por su obispo, aunque un laico también puede llevar a cabo este procedimiento. El exorcismo está regido por el derecho canónico.

Este ritual era una práctica común en sociedades antiguas y tenía su origen en la magia. En la antigua Babilonia (hoy Irak), los sacerdotes rompían una imagen de arcilla o de cera que simbolizaba al diablo con el fin de destruir al demonio real. Los griegos y los egipcios realizaban ritos similares. En la Biblia encontramos diversas referencias al demonio y al exorcismo. El Nuevo Testamento relata cómo Jesús expulsaba a los espíritus malignos a través de la oración y de su autoridad.

Los síntomas de una persona poseída por el demonio
Al inicio la persona puede decir que escucha voces, ve sombras donde no hay nadie, oye puertas que se abren o se cierran, y otros fenómenos para los que no se encuentra explicación alguna. Los síntomas empeoran y comienza a presentar una aversión vehemente contra Dios, la Virgen, los santos, la cruz y otros símbolos sagrados; habla en lenguas desconocidas, localiza objetos escondidos o distantes, presenta una fuerza superior a su contextura física, puede levitar y hacer movimientos extraños, también pueden tener diarrea, vómito, pronunciar malas palabras, etc. Asimismo, la temperatura de la habitación donde se encuentra la persona puede variar alternadamente de fría a caliente y los objetos pueden volar en derredor

El punto de vista de la Psiquiatría

¿Una persona que dice oír voces o ruidos que otros no perciben, ver objetos que no existen, hablar en lenguas desconocidas y, sobre todo, rechazar con violencia las imágenes religiosas está poseída por un espíritu maligno o sufre alguna alteración mental?
La disyuntiva se presenta por igual tanto a los sacerdotes como a los médicos psiquiatras, entonces ¿qué hacer? La Iglesia enseña que la posesión demoníaca es el caso extremo de la influencia maligna que se da en raras ocasiones.

Es la Iglesia la que sugiere a los exorcistas desconfiar primero de una intervención diabólica, lo recomendable es derivar a la persona al psiquiatra para que éste estudie al sujeto y descarte un proceso histérico, una psicosis o algún trastorno mental, de no encontrar patología, lo lógico sería remitirlo nuevamente a la Iglesia.

¿Por qué hay que descartar las enfermedades antes mencionadas?
Porque en la histeria, hoy conocida como trastornos disociativos, pueden darse situaciones en las que la persona puede presentar "personalidades múltiples" y que en el sujeto existan dos o más personas o estados de personalidad distintos. Esto quiere decir que en este preciso momento me puedo expresar como siempre he sido, cinco minutos o instantes después puedo expresarme como otra persona totalmente distinta de la que en realidad soy, por ejemplo, en este momento soy Juan y después ser el demonio y expresarme exactamente como él.

En el caso de la histeria también se da la "amnesia psicógena" y dentro de ella la "amnesia continua", en la que el individuo no puede recordar los acontecimientos que han tenido lugar desde un momento específico hasta la actualidad. Cuando una persona poseída sufre "ataques", después, no recuerda nada.

En el caso de la psicosis pueden presentarse alucinaciones visuales, auditivas, ideas delirantes extrañas, experiencias perceptivas inusuales; por ejemplo, ilusiones repetidas, sentir la presencia de una fuerza o persona ausente, etc.

Para algunos profesionales de la Psiquiatría, las personas que para los sacerdotes exorcistas están poseídas por el demonio se encuadran, desde el punto de vista psiquiátrico, en el trastorno disociativo por trance o posesión. Ese trastorno es descrito en la clasificación internacional de enfermedades mentales como ICD-10.

Los criterios para definir si se trata de un trastorno por un trance y posesión son, según esa clasificación internacional, la alteración en el nivel de conciencia, la pérdida de la identidad habitual y contorsiones que se experimentan como fuera del propio control.

Para ciertos psiquiatras aplicar la definición del ICD-10 para los pacientes que dicen estar poseídos por el demonio no es correcto, porque "el agente al que se refiere la descripción de ese trastorno no es de persona, sino que puede ser provocado por un tóxico, sobre todo el LSD, o alguna intoxicación por medicamentos o por heroína."

Casos de exorcismo
El caso en el que se basó la película "El Exorcista" es real. Éste ocurrió en 1949, a un niño de 14 años, en la población de Mount Raimier, en el estado de Maryland, Estados Unidos, un suburbio de Washington.

Este chico comenzó a manifestar señales de posesión demoníaca cuando intentó comunicarse a través de una tabla de ouija con una tía suya fallecida.

A partir de ahí, el joven comenzó a presentar una personalidad nefasta, actuaba violentamente y profería toda clase de blasfemias y palabrotas; también, según algunos relatos, ocurrieron algunos cortes en su cuerpo donde aparecían las palabras infierno y odio.

Algunos sacerdotes fueron llamados para exorcizar al demonio que lo poseía, pero no obtuvieron éxito hasta transcurrido un mes.

Otro caso que sucedió en Chile es el de la señora Adela, quien fue llevada a la parroquia porque el párroco, con autorización de su obispo para exorcizar, aceptó el caso, ya que un especialista, colaborador de la parroquia, no le encontró ningún padecimiento psiquiátrico.

Cuando Adela estaba en un salón de la Iglesia, a los cinco minutos de haber iniciado las oraciones, sufrió una especie de desmayo y comenzó a respirar con dificultad, jadear, rugir, gritar y contonearse cada vez que el sacerdote nombraba a Jesús o se refería a las mentiras y obras del demonio.

Acostada y sostenida por el marido y por cuatro mujeres colaboradoras de la Iglesia, Adela no miraba a nadie y movía en círculos la cabeza.

Con la lengua afuera soplaba, se movía, se reía a carcajadas. El sacerdote seguía rezando y ahora dialogaba con Adela, que respondía como si fuera otra persona. Sin perder la calma ni el tono, el padre se dirigía a "alguien" distinto de Adela a quien le ordenaba "en nombre de Jesús" que se retirara de esa mujer.

Adela necesitó de varias sesiones para poder quedar liberada del demonio.

Un diario de América del Sur reportó un caso dramático de "posesión demoníaca": un niño fue internado en un hospital con un cuadro de anemia, ya en el hospital comenzó a tener "manifestaciones extrasensoriales" muy llamativas, hasta que los médicos sugirieron a los padres que consultaran a un sacerdote.

"En el cuarto del hospital se veía levitar, blasfemar y demostrar una fuerza descomunal. En cuanto el sacerdote entraba al cuarto adivinaba en qué bolsillo de la camisa o pantalón llevaba la Eucaristía y fijaba allí su mirada.

Los médicos derivaron el caso a la Iglesia después de varios hechos inexplicables, como cuando al tomarle un electroencefalograma en plena crisis convulsiva, y éste no registró las convulsiones, era como si se le estuviera haciendo a otra persona

El sacerdote

contó que hizo exorcismo a este niño durante varios meses, hasta que los síntomas desaparecieron".

¿Quiénes padecen más de "posesión diabólica"?
En su mayoría son mujeres mayores de 50 años, de distintos niveles socioeconómicos y educativos, por lo general son personas que han incurrido en "experiencias esotéricas", como jugar la ouija, visitar curanderos, videntes, etc., pero no siempre es así.

La Psiquiatría mantiene sus criterios científicos, la ciencia no puede descartar un método que durante siglos ha probado ser efectivo, puede ser que dé una respuesta a un problema cultural de las personas; pero en estas cosas de Dios nada es mensurable, ni comprensible.

Estimados lectores, su cerebro es un órgano como el riñón, el estómago o el corazón, en cualquier momento puede enfermarse. Las enfermedades mentales no se deben a debilidad o incapacidad. Si usted o un miembro de su familia se enferma de la mente, recurra al médico para recibir el tratamiento adecuado; recuerde que estas patologías deterioran su vida personal, familiar, laboral y social.